Es conocida como época ardiente, aquella en la que todos los que no creían o abrazaban la religión católica, eran quemados vivos o ahorcados (en algunos países no se permitía quemar a nadie, así que los colgaban).
Es interesante notar que en esta época muchas de las personas que murieron, ni siquiera eran wiccanos, sino sólo personas que no eran queridas en sus pueblos y por ello eran acusadas como brujas.
No es menos interesante notar cómo la ignorancia del cristianismo acusó a los brujos de ser adoradores del diablo y de matar niños, cuando en realidad no existe tal práctica entre los wiccanos ya que no creemos en el diablo y menos podemos derramar sangre, ya que eso va en contra la carga de la Diosa y contra el amor y respeto hacia todo lo viviente.
Se estima que el total de ejecuciones (según la iglesia católica) fue de 3.000; y 9.000.000 (según varias fuentes de información paganas). La figura actual basada en el examen de documentos de juicios y tribunales estima que el número de archivos perdidos asciende a 200.000. Como era de imaginar, esto es casi igual al valor geométrico de números estimativos.
Los jueces no perseguían solamente a mujeres. El balance de género variaba de acuerdo a la localidad. Un 90% de los acusados fueron hombres en Islandia, cerca de 80% fueron mujeres en Europa. Sin embargo, sobre el número total de ejecutados, el 75% fueron mujeres.
La mayoría de las sentencias de muerte eran dictadas por cortes civiles, no por la iglesia católica. Sin embargo, la iglesia estaba indirectamente involucrada, ya que ella proveía las fuentes teológicas en los casos civiles.
Los inquisidores no buscaban sólo a brujos, principalmente se interesaban en herejes.
Aún así, la iglesia no es directamente responsable por las muertes dadas por sentencias civiles, aunque si era responsable por los arrestos por causa de creencias diferentes a las suyas; por las torturas y ejecución de minorías religiosas en esas cortes. Una costumbre, era que si las creencias de alguien diferían de las de la iglesia católica, no se le podía dar a esa persona libertad de culto ya que corrompería al resto del pueblo.
La severidad de la persecución no era uniforme en toda Europa; se concentró primeramente en el este de Francia, Alemania y Suiza. Muchos países se libraron de los tiempos ardientes. La época ardiente y su persecución disminuyó mucho con la llegada de la Epoca de la Iluminación, cuando las personas empezaron a preguntar sobre verdades religiosas sostenidas durante mucho tiempo. Esto forzó a que terminase la ejecución de los brujos en Europa y América.
Lo importante de esa época para nosotros, más que los números de cuantos murieron, es que las leyes de inquisición fueron abolidas. Hoy en día seguimos siendo víctimas de persecuciones por el hecho de que nuestras creencias son diferentes a las de otras religiones y aunque no nos queman vivos o nos llevan a la horca, es algo con lo que debemos vivir diariamente, especialmente aquellos que vivimos en países con una alta moralidad cristiana.
Fuentes: Guía para el Practicante Solitario
Scott Cunninghan
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